Ed Vallejo, Roberto Minuta, Joseph Hackett y David Moerschel recibieron ese fallo debido a que utilizaron una formación “apilada” para entrar por la fuerza en el edificio durante los disturbios del 6 de enero.
Según los fiscales, Hackett y Moerschel estaban entre los Oath Keepers que irrumpieron primero en el Capitolio, mientras que Minuta entró con una segunda línea de milicianos.
A su vez, Vallejo coordinó la fuerza de reacción rápida que los miembros de ese grupo habían organizado en un hotel del condado de Arlington, Virginia, y que abasteció varias habitaciones con armas, munición y otros suministros.
Los cuatro fueron declarados también culpables de obstrucción a un procedimiento oficial e inocentes de varios cargos menores, informó el diario The Hill.
De acuerdo con el periódico, el veredicto fue otra victoria para el Departamento de Justicia en su proceso contra la milicia de extrema derecha.
La decisión llegó solo dos meses después del juicio contra otros cinco miembros del grupo, en el que el jurado halló culpable de conspiración sediciosa al líder de esa asociación, Stewart Rhodes.
Kelly Meggs, cabecilla de la delegación en Florida del cuerpo paramilitar, también fue declarado culpable de dicho cargo, precisó el periódico The Huffington Post.
Los otros tres acusados: Kenneth Harrelson, mano derecha de Meggs; Jessica Watkins, veterana del Ejército; y Thomas Caldwell, antiguo comandante de la Marina, que negó pertenecer al grupo, fueron absueltos de conspiración sediciosa, pero recibieron veredictos que también conllevan hasta 20 años de prisión.
El 6 de enero de 2021 cientos de simpatizantes del expresidente Donald Trump (2017-2021) atacaron el Capitolio federal para detener la certificación de la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2020, en disturbios que ocasionaron cinco muertos y más de 140 policías heridos.
Hackett y Moerschel fueron algunos de los que recorrieron la edificación en busca de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Minuta enfrentó a agentes antes de entrar en el Congreso y les dijo: “Fuera. Saquen a estos policías. Es nuestro maldito edificio”.
En estos dos años hubo 900 arrestos y casi 500 declaraciones de culpabilidad a raíz del ataque que es considerado una de las páginas más vergonzosas de la historia nacional.
La conspiración sediciosa, utilizada para acusar a quienes hacen confabulaciones para derrocar al Gobierno, conlleva una pena de hasta 20 años de prisión y no se utilizaba con éxito desde un caso de terrorismo de la década de 1990, recordó The Hill.
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