Para satisfacer la demanda interna del grano, las autoridades dijeron que en el ciclo 2022-2023 se obtuvieron 22.7 millones de quintales del grano, uno de los productos esenciales en la alimentación de la población, y base para la elaboración de las tortillas y el platillo nacional, las pupusas.
En 2022 la demanda de maíz blanco rondaba los 22 millones de quintales al año y existía una producción de 17.5 millones de quintales anuales, lo cual provocaba una dependencia de más de cuatro millones de las importaciones, para satisfacer el consumo nacional.
Según el ministro interino y ad-honorem del MAG, Óscar Guardado, esta cosecha de maíz blanco, uno de los granos más consumidos por los salvadoreños, es la mayor lograda por el país. Con relación al ciclo 2021- 2022 se alcanzó un crecimiento del 23.3 por ciento.
Entre enero y diciembre del 2022, el país importó 279.3 millones de dólares de maíz blanco, amarillo y de otras variedades. Esto implicaría un incremento del 72.4 por ciento al comparar con los 162 millones registrados en el mismo periodo del 2021.
Durante 2022, el 68 por ciento del maíz que el país importó vino de Estados Unidos, con costo de 192.5 millones de dólares, mientras que de Brasil se importaron 73.4 millones, un 26 por ciento del total.
Guardado defendió que El Salvador está incrementado su producción agrícola, para que se vuelva autosuficiente e impulse una reserva estratégica. Además, confirmó que existe abastecimiento en los mercados a nivel nacional.
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