«Apoyo esta decisión y creo que todas las universidades deberían crear mejores oportunidades para educar a ciudadanos verdaderamente patriotas, con fuerza de voluntad y cultos», afirmó el funcionario en entrevista con el canal Kiev, al comentar la determinación de la Universidad Nacional de la Academia de Kiev-Moguilyansk de eliminar el ruso dentro del campus.
Kremen argumentó que el artículo 21 de la ley nacional para garantiza el funcionamiento de la lengua estatal, exige que el proceso educativo debe ser en ucraniano.
Al respecto, añadió que en medio del conflicto en el país «la cuestión de la protección y promoción de la lengua es prioritaria, por lo que el ámbito de la educación debe ser un ejemplo en la protección de los intereses nacionales».
Las aseveraciones del comisario se insertan en las acciones de rusofobia aupadas por el Gobierno de Kiev desde el inicio de la operación militar especial de Rusia, el 24 de febrero de 2022, con la cual se prohíben el estudio, aplicación y dominio no solo del idioma ruso, sino también de intelectuales y figuras de la historia y la cultura.
A esta nueva acción se suma la determinación emitida la víspera por el Ministerio de Educación y Ciencia de presentar en los nuevos programas escolares a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como un Estado imperialista que «se apropió» de la soberanía de Ucrania.
La institución detalló en un comunicado que los planes de estudios de historia nacional y mundial se han modificado para «enfatizar las líneas transversales del pasado que permiten explicar los eventos contemporáneos».
Bajo este principio acordaron actualizar los esquemas de estudio donde ofrecerán una visión de la URSS como un Estado de tipo imperial y se centran en el estudio de las herramientas de la violencia contra ucranianos en el siglo XX y su resistencia a la «opresión».
Igualmente, proponen cambios en la historia reciente, para enseñar que Rusia está llevando a cabo un «genocidio» de ucranianos.
Entre otras modificaciones, el Ministerio detalló que se eliminará la lengua rusa del plan de estudios y se sustituirán las obras de escritores rusos por otros autores extranjeros, excepto Nikolái Gógol, Vladímir Korolenko y Mijaíl Bulgákov, de origen ucraniano. Además, como lectura extraescolar se permitió el libro Las doce sillas, de los escritores Ilf y Petrov, nacidos en Odesa.
Desde el pasado año, la Rada Suprema (Parlamento de Ucrania) votó a favor de prohibir la importación y distribución en la nación eslava de libros y productos editoriales procedentes de Rusia y Belarús.
El legislativo aprobó además la suspensión de la música del gigante euroasiático en los medios de comunicación y lugares públicos del país, como parte de su campaña en contra de todo lo que se relacione con Moscú, a pesar de la cercanía y los lazos de sangre que unen la historia entre ambos pueblos.
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