Según reveló el titular, la demora en la implementación de la norma para este grupo de personas, pendiente a entrar en vigor el mes venidero, permitirá que se completen los estudios en curso sobre los riesgos de extender dicho procedimiento.
«Está claro que se necesita más tiempo para hacer esto bien. La ampliación propuesta de un año es necesaria para garantizar que avancemos en este tema delicado y complejo de manera prudente y mesurada», declaró en conferencia de prensa citado por CBC/Radio Canadá.
Mencionó además que la extensión solicitada proporcionará tiempo para ayudar a los centros provinciales y territoriales, y a las comunidades médicas y de enfermería, a prepararse adecuadamente.
Desde 2016, luego de una decisión de la Corte Suprema, el programa de asistencia médica para morir ha estado disponible para adultos con enfermedades terminales.
En 2021, se modificó la ley para incluir a las personas con afecciones físicas graves y crónicas, incluso si dichos trastornos no representaban una amenaza para la vida.
La inclusión de personas cuya única condición médica era una enfermedad mental se retrasaría dos años, hasta 2023, mientras el gobierno federal establecía las salvaguardas adecuadas.
Esa última disposición resultó sin embargo muy polémica, pues algunos siquiatras alegaron que el sistema de atención médica no está listo para manejar las solicitudes de muerte asistida de personas con trastornos de este tipo, ya que es difícil predecir quién puede recuperarse.
Enfermedad mental, en la nueva legislación, se refiere a condiciones que son principalmente psiquiátricas, como la depresión y los trastornos de la personalidad, pero no cubre trastornos neurocognitivos o del neurodesarrollo, ni condiciones relacionadas.
Si el proyecto presentado no se aprueba por el Parlamento antes del 17 de marzo de este año, apuntó el reporte, el programa de asistencia médica para morir para personas que únicamente padecen enfermedades mentales se convertirá en ley en Canadá.
ro/ifs