El informe del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional de este viernes indica que la columna de gases y material volcánico alcanzó hasta un kilómetro y medio de altura.
Al respecto, la vulcanóloga Patricia Mothes declaró a la prensa que es significativa la actividad del Cotopaxi en los últimos días y alertó que los instrumentos reflejan un incremento de la salida de gases y cenizas en comparación con el inicio del actual proceso eruptivo en octubre de 2022.
Desde entonces, la Secretaría Nacional de Riesgos declaró alerta amarilla para las áreas de influencia, incluida Pichincha, provincia donde se encuentra la capital nacional.
Situado en la cordillera de los Andes a 45 kilómetros de Quito, ese es el segundo pico más alto de Ecuador, con cinco mil 897 metros sobre el nivel del mar, y su anterior despertar ocurrió el 14 de agosto de 2015, tras haber estado inactivo por 138 años.
Con los episodios registrados en los últimos meses se prevé que la actividad se mantenga así por semanas o meses, pero cualquier cambio puede presentar posibles amenazas para los miles de ecuatorianos residentes en la zona.
Las autoridades y especialistas alertan que una erupción con presencia de lahares fuertes podría alcanzar el sur de Quito, Latacunga, Mejía y Rumiñahui, donde habitan unas 25 mil personas, pero las afectaciones alcanzarían a 700 mil ecuatorianos.
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