Acorde con el artículo divulgado por Hersh, la decisión del presidente estadounidense, Joe Biden, sobre los ataques se produjo después de más de nueve meses de debates altamente secretos dentro de la comunidad de seguridad nacional de Washington sobre la mejor manera de lograr ese objetivo.
Adujó además el reportero que, según una fuente familiarizada con el asunto, la colocación de los dispositivos explosivos se llevó a cabo bajo la cobertura de los ejercicios Baltops 22 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y que, tres meses más tarde, fueron activados de forma remota para destruir las tuberías.
Dos de los gasoductos, que se conocían colectivamente como Nord Stream 1, proporcionaban a Alemania y gran parte de Europa occidental gas natural ruso barato durante más de una década.
Desde sus primeros días, apuntó además, Washington y sus socios antirrusos de la OTAN vieron esas instalaciones como una amenaza para el dominio occidental.
Los temores políticos de Estados Unidos eran reales, escribió Hersh, pues daría a Rusia una importante fuente de ingresos adicional y necesaria, mientras Alemania y el resto de Europa occidental tendrían acceso al gas natural de bajo costo suministrado por Moscú, al tiempo que disminuiría la dependencia del Viejo Continente de Estados Unidos.
Con lujo de detalles el periodista expuso que, en diciembre de 2021, dos meses antes del inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, el consejero de seguridad nacional Jake Sullivan convocó una reunión de un grupo de trabajo recién formado (hombres y mujeres del Estado Mayor Conjunto, la Agencia Central de Inteligencia y los Departamentos de Estado y del Tesoro).
“Lo que quedó claro para los participantes, según la fuente con conocimiento directo del proceso, es que Sullivan tenía la intención de que el grupo presentara un plan para la destrucción de los dos oleoductos Nord Stream, y que estaba cumpliendo con los deseos del presidente”, relató.
Durante los próximos encuentros, continuó, se debatieron diversas opciones para un ataque.
La Marina propuso utilizar un submarino recién comisionado para asaltar las tuberías directamente, y la Fuerza Aérea discutió el lanzamiento de bombas con fusibles retardados que podrían activarse de forma remota.
Durante las semanas siguientes, los miembros del grupo de trabajo de la CIA comenzaron a elaborar un plan para una operación encubierta que utilizaría buzos de aguas profundas para provocar una explosión a lo largo del gasoducto.
Como era de esperar, añadió, la Casa Blanca rechazó cualquier acusación que pudiera relacionar a Washington con las explosiones.
El artículo, titulado Cómo Estados Unidos eliminó el oleoducto Nord Stream, fue publicado en el blog personal de Hersh, quien mereció el premio Pulitzer en 1970.
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