En una rueda de prensa, Makhlouf aclaró que se trabajará para reparar los edificios afectados tras efectuar la evaluación de su estado estructural, pero señaló que la prioridad por el momento es para salvar vidas y apoyar las operaciones de rescate.
Por otro lado, denunció que la guerra impuesta al país provocó la destrucción de la infraestructura y la pérdida de más de 50 mil vehículos públicos que actualmente fueran muy necesarios para enfrentar el desastre del terremoto.
El bloqueo y las sanciones impuestas agravaron el sufrimiento del pueblo e impidieron al Estado compensara la falta de vehículos y maquinaria para hacer frente las secuelas de este desastre natural, precisó el ministro.
Calificó la situación de muy difícil tomando en cuenta las capacidades disponibles y las malas condiciones climáticas, e hizo un llamado a los países para que brinden asistencia y ayuden los esfuerzos de socorro.
Agradeció a los países que tomaron la iniciativa de brindar ayuda inmediatamente y denunció la politización de esta asistencia humanitaria por parte de los gobiernos que toman posturas hostiles hacia Damasco.
Según autoridades sanitarias y activistas locales, la cifra de víctimas mortales por el terremoto que asoló tanto el centro y el noroeste de Siria, como el sur de Türkiye ascendió a dos mil 640.
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