A raíz de esas ejecuciones en Estados Unidos, Francia subrayó su oposición a la pena de muerte, en todos los lugares y todas las circunstancias, señaló en una declaración la Cancillería.
De acuerdo con la entidad, llamada aquí Quai d’Orsay por su sede, París está comprometida con determinación a luchar por la abolición universal de un castigo que considera “injusto, inhumano e ineficaz”.
Llamamos a todos los Estados que siguen aplicando la pena de muerte a establecer una moratoria de cara a la abolición definitiva, insistió.
Taylor, un afroamericano, de 58 años, fue ejecutado por un cuádruple asesinato que siempre negó, mientras Balentine, también afrodescendiente y de 54, recibió en Texas una inyección letal por resultar culpable de tres crímenes que reconoció, aunque su abogado denunció motivaciones raciales en la sentencia.
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