Según el científico, los RUD-250 son pequeños drones kamikaze que pueden volar sin GPS, por lo que su trayectoria corre enteramente a cargo del operador y son mucho más difíciles de rastrear.
Durante las pruebas en la región de operaciones se elaboró una lista de actualizaciones necesarias al aparato, y ya se conocen las mejores que son indispensables incorporar, precisó Dolgov.
Igualmente, es necesario modificar el panel de control y hacerlo a prueba de golpes y también se deben reforzar los canales de audio y de video, así como las baterías, detalló el experto.
El Rud-250 es capaz de volar a una velocidad máxima de 170 kilómetros por hora y transportar una carga útil de hasta 1,5 kilogramos, incluidos diversos tipos de granadas.
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