En su opinión, ellas también amplían ese grupo de profesionales y añaden nuevas perspectivas a la ciencia y la investigación.
Guterres afirmó en un mensaje por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que el objetivo es poner de relieve una sencilla ecuación: «la ciencia será mejor cuantas más mujeres y niñas participen en ella».
Señaló que la aplicación de los prejuicios sexistas en la ciencia empeoran sus resultados, empezando por las pruebas de medicamentos que tratan el cuerpo de la mujer como una aberración y continúan con los algoritmos de búsqueda que perpetúan los prejuicios y la discriminación.
El titular de la ONU apuntó que en demasiados lugares del mundo se limita o niega el acceso de las féminas a la educación científica y destacó las dificultades que afrontan, como las desigualdades y la discriminación para avanzar en sus carreras.
Significó en el texto que menos de un tercio de la mano de obra en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas son mujeres, y la cifra es aún menor en los sectores punteros, mientras solo una de cada cinco personas que trabajan en temas relacionados con la inteligencia artificial es mujer.
En tal sentido instó a aumentar la presencia de ellas en la ciencia mediante becas, prácticas y programas de formación, o con la ayuda de cuotas, incentivos de retención y planes de desarrollo personal, que ratifiquen sus derechos sin estereotipos, prejuicios y barreras estructurales.
También la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay señaló que la ciencia debe ser equitativa, diversa e inclusiva y estar abierta a todas las personas, especialmente a las mujeres.
Mencionó, entre otras iniciativas para promover entornos que alienten a las menores y mujeres a estudiar temas científicos, el apoyo a un programa de tutoría científica en África Oriental del que forman parte 11 millones de estudiantes, especialmente niñas.
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