Se trata de 41 expertos en atención a víctimas y 42 en extinción del fuego, quienes arribarán al territorio en las próximas horas.
Según el más reciente balance ofrecido por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres, las llamas dejaron 24 muertos, mil 501 viviendas destruidas, cerca de seis mil damnificados y 430 mil hectáreas devoradas.
En estos momentos hay 67 focos en combate y 144 controlados, fundamentalmente en las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía.
Junto a más de siete mil bomberos nacionales, en el país laboran brigadistas de México, España, Argentina, Venezuela, Ecuador, Colombia, Brasil y Portugal.
La ministra de Trabajo, Jeannette Jara, informó que el Gobierno prioriza ahora el control de los incendios para resguardar la vida de las personas y seguirá laborando en la reconstrucción y recuperación económica de los sitios afectados.
Posteriormente, dijo, avanzarán en un nuevo pacto para el combate a este tipo de emergencias, donde se tomarán en cuenta distintos elementos, entre ellos la regulación de las empresas forestales.
Estas compañías promovieron durante años los monocultivos de plantas exóticas para la producción de madera y papel, en detrimento de los bosques nativos.
Las grandes extensiones de pino y eucalipto resecan el suelo y producen sustancias que incentivan el avance de las llamas.
ro/car