Allí, la gobernadora republicana Kristi Noem firmó el proyecto de ley denominado “Help Not Harm” (Ayudar, no dañar), que prohíbe a los profesionales de la salud proporcionar bloqueadores de la pubertad, terapia hormonal y cirugía a los adolescentes como tratamiento para la disforia de género.
Según el canal NBC News, aquellos especialistas que traten a menores con sustancias que pausan temporalmente la pubertad deberán reducir gradualmente los medicamentos antes del 31 de diciembre.
La medida incluye excepciones para bebés intersexuales y para el tratamiento de condiciones no relacionadas con la disforia, que es la angustia causada por un sentido de conflicto entre el sexo asignado al nacer y la identidad de género de la persona.
El sábado centenares de habitantes de Dakota del Sur protestaron por la aprobación del proyecto de ley en el Senado.
Después de que Noem firmó la normativa el lunes, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles enfatizó en un comunicado que la medida “no evitará que los habitantes de ese estado sean trans, pero les negará el apoyo fundamental que ayuda a jóvenes en apuros”.
Legisladores federales y estaduales revisaron en 2022 más de 200 proyectos de ley que trataron de limitar los derechos de los estadounidenses de la comunidad Lgbtiq+ (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer).
Los gobernadores de seis estados (Alabama, Arkansas, Arizona, Dakota del Sur, Tennessee y Utah) firmaron regulaciones para imponer restricciones a la asistencia para la transición de género.
Según un sondeo de la organización The Trevor Project y la empresa Morning Consult, ocho de cada 10 encuestados transgénero y no binarios dijeron que los debates sobre estas propuestas afectaron su salud mental, mientras el 75 por ciento de los jóvenes declaró sentir estrés o ansiedad debido a las amenazas de violencia contra los espacios Lgbtiq+.
Expertos y organizaciones sanitarias coinciden en que la atención para la afirmación del género es segura, médicamente necesaria y salva vidas.
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