Según el senador Grigori Karasin, jefe del Comité Internacional del Senado, en el artículo recientemente publicado del periodista Seymur Hersch, se indica que Estados Unidos y sus aliados están detrás de los atentados contra los gasoductos.
Por su parte la presidenta de la Cámara Alta, Valentina Matvienko, apoyó la iniciativa, agregando que se trata de «un acto flagrante de terrorismo de Estado», por lo cual dicha investigación resulta imprescindible.
El 26 de septiembre de 2022, la empresa Nord Stream 2 AG, operadora del gasoducto ruso Nord Stream 2, informó de una fuga de gas en una de las dos tuberías de la infraestructura cerca de la isla danesa de Bornholm por causas desconocidas.
Más tarde se conoció que las dos líneas del gasoducto paralelo Nord Stream 1 también habían sido dañadas.
La red sismológica de Suecia comunicó que sus equipos detectaron ese día potentes explosiones submarinas.
El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia catalogó las explosiones de ataques terroristas y desveló que poseía evidencias que apuntaban a la implicación de determinados países occidentales.
La Fiscalía General abrió una investigación por terrorismo internacional tras los daños a los dos ductos que se produjeron en una zona del mar Báltico con fuerte presencia de buques de guerra de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
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