El hecho se produjo en 1903 durante el gobierno de Tomás Estrada Palma y tuvo como antecedente la Enmienda Platt, impuesta a los cubanos en su primera Constitución republicana durante la ocupación militar norteamericana.
Mediante este documento Estados Unidos podía establecer estaciones carboneras o navales, la primera de ellas en la bahía de Guantánamo, en el extremo suroriental de la isla, la cual se mantiene en la actualidad en contra de la voluntad del Estado y el pueblo cubanos.
El acuerdo se produjo bajo la amenaza estadounidense de intervenir militarmente en la isla por lo que los expertos lo consideran ilegal, a la luz de lo establecido en la Declaración sobre la Coacción Militar, Política o Económica en la Celebración de Tratados, de Naciones Unidas.
Este convenio otorgó a Washington la jurisdicción completa sobre las tierras arrendadas, lo que viola el principio de integridad territorial consagrado en las constituciones cubanas desde 1901 a la actualidad.
A partir del triunfo de la Revolución, en 1959, la base fue el punto de partida de acciones provocativas, que implicaron incluso la muerte de combatientes y trabajadores cubanos, como es el caso del joven soldado Ramón López Peña.
Cuba reiteró en diversos espacios multilaterales su justo reclamo a la devolución de ese territorio, cuyo uso actualmente constituye una afrenta a los principios enarbolados por el Estado y pueblos cubanos.
Desde 2002 en la base estadounidense funciona una prisión y se comprobó que es un centro de tortura.
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