Por Marta Denis Valle*
Colaboradora de Prensa Latina
Fue suscrito en calidad inicial de arriendo el 16-23 de febrero de 1903; Estados Unidos tomó posesión de parte de la bahía de Guantánamo y tierras colindantes el 10 de diciembre de ese año.
Esta usurpación fue una secuela de la intervención militar de Estados Unidos en Cuba en 1898 y la imposición de la Enmienda Platt a la primera constitución con la cual nació la República, el 20 de mayo de 1902.
El artículo séptimo es el único que, de hecho y contra la voluntad del pueblo de la isla, sigue ejerciendo su nefasta vigencia en la Base Naval de Guantánamo; establecía la cesión de porciones de suelo cubano para la ubicación de estaciones navales o carboneras norteamericanas.
La pretensión inicial era de venta o arriendo de los terrenos para carboneras o estaciones navales en número de cuatro, entre las que se mencionó a Guantánamo, Nipe, Bahía Honda y Cienfuegos, e incluso La Habana. La cifra se redujo a dos y finalmente a una pues abandonaron el objetivo de Bahía Honda.
El asunto fue incluido en el artículo III del Tratado de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, firmado en Washington el 29 de mayo de 1934, el cual expresa:
“En tanto las dos partes contratantes no se pongan de acuerdo para la modificación o abrogación de las estipulaciones del Convenio firmado el 16-23 de febrero de 1903 y el arreglo suplementario del 2 de julio del propio año, seguirán en vigor en la misma forma y condiciones”.
Asimismo, “mientras Estados Unidos no abandone la base de Guantánamo o los dos gobiernos no acuerden una modificación de sus límites, seguirá teniendo la extensión territorial con los límites de la fecha de la firma del Tratado”.
Luego del triunfo de la Revolución en 1959, el pueblo cubano ha sufrido diversas agresiones desde la base naval, incluso, la violación de las aguas jurisdiccionales de Cuba por embarcaciones y aeronaves militares norteamericanas procedentes de la Base.
También, la elaboración de planes de autoagresión en la Base para provocar una lucha armada en gran escala entre Cuba y Estados Unidos, además de la tortura y asesinato de los obreros Manuel Prieto Gómez y Rubén López Sabariego, en 1961; y del pescador Rodolfo Rosell Salas, en 1962.
Dos jóvenes soldados cubanos fronterizos fueron asesinados: Ramón López Peña, de 17 años, mientras cubría su turno de guardia el 19 de junio de 1964, y Luis Ramírez López, de 20 años, el 21 de mayo de 1966.
LAS MANOS SUCIAS DE ESTRADA PALMA
Con el visto bueno del Delegado de Cuba en Estados Unidos, Tomás Estrada Palma, el primero de mayo de 1898 un enviado del Secretario de la Guerra y del general en jefe del Ejército norteamericano estableció contactos con el jefe de la región oriental, Calixto García, a espaldas de la dirección de la guerra independentista.
El 12 de mayo, a instancias también de Estrada Palma, partidario de la intervención, el Gobierno de la República en Armas autorizó al lugarteniente general Calixto García a cooperar con las fuerzas norteamericanas.
El proanexionista Estrada Palma renunció a la ciudanía estadounidense para postularse a la presidencia cubana en 1902. En 1906, pidió la intervención de Estados Unidos ante su fracaso en la reelección que provocó la sublevación del Partido Liberal (la llamada Guerrita de Agosto).
Una segunda intervención oprimió a Cuba de 1906 a 1909.
arb/MDV
*Historiadora y periodista cubana.
