«Creo que el pueblo de Estados Unidos no quiere en absoluto la guerra», advirtió el profesor de antropología en la American University en una entrevista concedida al servicio de noticias Democracy Now, a propósito de la creciente presencia militar estadounidense en el Pacífico y las tensiones con el gigante asiático.
La Casa Blanca llegó a principios de este mes a un acuerdo con Filipinas para dar acceso a Estados Unidos a cuatro bases militares más en la antigua colonia estadounidense.
Esto permitirá a Estados Unidos un mayor acceso al Mar de China Meridional y a Taiwán, a medida que aumentan las tensiones entre Washington y Beijing, señaló el medio de prensa.
El acuerdo trascendió después de que el secretario de Defensa Lloyd Austin se reuniera entonces con el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., en Manila.
Para Vine, es equivocada esa imagen de Austin anunciando el despliegue de fuerzas de Estados Unidos en cuatro nuevas bases, además de otras cinco donde las tropas del Pentágono están apostadas en Filipinas.
Dijo que le entristece admitir que su país, la administración de Joe Biden y una élite más amplia de la política exterior, “han secuestrado nuestra política exterior y actualmente están intensificando las tensiones militares con China precisamente en el momento en que necesitamos movernos en la otra dirección”.
Tenemos que reducir las bases militares y las fuerzas estadounidenses en la región, al tiempo que reforzamos nuestra presencia diplomática, apuntó el experto.
Insistió que el pueblo estadounidense no quiere una guerra con China, ya “están hartos de la guerra, tras 21 años de la lanzada por la administración de George W. Bush (2001-2009) con su lucha contra el terror; las catástrofes de Afganistán e Irak, y otras anteriores que se remontan a la guerra de Vietnam y del sudeste Asiático”.
Tenemos que presionar a nuestros líderes –acotó- para que elijan un camino diferente, un camino de coexistencia pacífica (…) haciendo lo que podamos para reducir las tensiones militares, que son “lo más aterrador de todo”.
Esas tensiones “aumentan el riesgo real de una confrontación militar directa y de una guerra entre Estados Unidos y China que podría tan fácilmente salirse completamente de control” y llevar a “una guerra nuclear que literalmente amenazaría la existencia humana en la Tierra”, sentenció.
Al calificar de despilfarro tantas bases militares, Vine concluyó que eso muestra una vez más lo mal orientadas que «están nuestras prioridades», debido a «esta política exterior que ha sido secuestrada por el complejo militar-industrial».
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