“Es una conmoción y no tengo palabras para expresar mi tristeza», expresó el arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez en su comunicado, citado este domingo por el diario Politico.
O’Connell, quien ofició el sacerdocio por casi cinco décadas y era aclamado como un pacificador, fue baleado la víspera a pocas manzanas de una iglesia.
El hecho se investiga como un homicidio, precisó el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles, que no ofreció detalles del suceso, pero sí señaló que el o los autores del crimen siguen en libertad.
O’Connell, era natural de Irlanda, y el papa Francisco le había nombrado en 2015 como uno de los varios obispos auxiliares de la archidiócesis de Los Ángeles, la mayor del país.
Trabajó en el sur de esa urbe durante años y se centró en la lucha contra las pandillas, informó Angelus News.
También trató de negociar la paz entre los residentes y las fuerzas del orden a raíz de las violentas protestas de 1992 después de que un jurado absolviera a cuatro policías blancos de Los Ángeles que le propinaron una brutal paliza al afroamericano Rodney King, el 3 de marzo de 1991, recordó Politico.
O’Connell fue encontrado en Hacienda Heights –donde vivía- sobre la una de la tarde de ayer con una herida de bala y los paramédicos lo declararon muerto en el lugar, dijo el Departamento del Sheriff.
Las autoridades notificaron inicialmente la víspera que los detectives de homicidios habían respondido a «una investigación de muerte por disparos» con una víctima adulta masculina, pero
no identificaron a la víctima como O’Connell hasta esta mañana.
«Era un pacificador y tenía pasión por servir a los necesitados mientras mejoraba nuestra comunidad», escribió el sheriff Robert Luna en Twitter.
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