En enero el presidente Emmanuel Macron había prometido entregar esos equipos a su par ucraniano, Volodymyr Zelenski, como parte del apoyo de potencias occidentales a Kiev en el conflicto con Rusia, que insiste en la escalada de la guerra que esa ayuda implica.
Según declaró Lecornu al diario Le Parisien, la formación de los conductores de los carros AMX-10 está cerca de concluir.
«Debemos continuar dotando a Ucrania de medios para defenderse (…) en nuestro interés por la seguridad colectiva, de Europa y más allá (…), esgrimió en una postura que genera críticas y alertas en Francia.
Mientras Rusia denuncia el objetivo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte de cercarla militarmente, esta vez con Kiev como punta de lanza, y atribuye su ofensiva a un acto de seguridad nacional, desde occidente la acusan de agredir a su vecino sin justificación.
El ministro de Defensa dejó la puerta abierta para la formación de pilotos de combate ucranianos, en medio del reclamo de Zelensky de armas pesadas y cazas.
Francia descarta de momento el envío de aviones y tanques Lecrerc hacia el conflicto, posición ratificada por Lecornu este domingo, citando cuestiones de logística.
Desde suelo galo han despachado hacia el frente obuses autopropulsados Caesar, misiles antitanque Milan y cañones TRF1.
Moscú advierte que existe una línea roja y subraya que el suministro de armas aleja la solución del conflicto que estalló hace casi un año e incrementa su impacto en la población local.
La líder de la extrema derecha Marine Le Pen instó al Gobierno a evitar la internacionalización de la guerra y un mayor número de víctimas.
Por su parte, la principal figura de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, pidió que se discuta con Rusia sobre el fin del conflicto y llamó a no ser cobeligerantes en el mismo.
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