Según manifestó el directivo a la agencia de noticia Sputnik, en el gigante euroasiático quedan muchas entidades, aunque en los titulares de la prensa predominan las que por razones obvias se marchan.
La presencia de esas empresas, según Schilling, se centra hoy en los sectores menos golpeados por las sanciones y demás problemas, y el objetivo de la AEB es ayudarlas a sobrevivir.
El empresario no especificó cuántas compañías europeas aún continúan trabajando en Rusia, pues opinó que eso no tiene tanta importancia.
“Detrás de cada retirada hay cientos de historias tristes en lo personal, la retirada no se limita a las pérdidas económicas, también se pierden las relaciones humanas. Un estrecho contacto entre personas siempre ha sido importante para las empresas extranjeras que trabajan en Rusia», dijo Schilling.
Según la base de datos Castellum.AI, se activaron en relación con Rusia más de 11 mil 300 sanciones individuales y sectoriales desde el inicio de la operación militar especial en Ucrania.
Debido a las sanciones, muchas empresas anunciaron en el último año la decisión de suspender sus negocios en y con Rusia.
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