La corporación estatal explicó en su canal de Telegram que los daños sufridos por las naves Progress MS-21 y Progress MS-22, que provocaron una fuga de refrigerante de sus sistemas de control térmico, fueron causados con toda probabilidad por impactos externos.
La información obtenida permitió a la Comisión Estatal decidir sobre la posibilidad de un lanzamiento no tripulado de la nave Soyuz MS-23 a la EEI, lo que está previsto para el 24 de febrero, con acoplamiento a la estación dos días después, señaló Roscosmos.
Según la entidad, la nave está destinada para sustituir a la Soyuz MS-22 averiada y devolver a la Tierra a la tripulación formada por los cosmonautas rusos Serguéi Prokópiev, Dimitri Petelin y el astronauta estadounidense Francisco Rubio.
Igualmente, Roscosmos precisó que ese regreso debe ser en septiembre, pero en caso de necesidad, la nave puede ser utilizada en cualquier momento.
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