Un informe publicado este miércoles explicó que esta situación empujó la demanda de los inversores internacionales de deuda en moneda local a mínimos de varios años, sin signos de recuperación inminente.
Si bien el repunte post-pandémico del crecimiento mundial y la inflación el año pasado provocó que la cantidad de deuda que circula por la economía mundial cayó por primera vez en términos de dólares desde 2015, la mejora fue impulsada por los mercados desarrollados.
El IIF estimó que el valor nominal de la deuda mundial disminuyó en unos 4 billones de dólares, lo que la sitúa ligeramente por debajo del nivel de los 300 billones de dólares alcanzado en 2021.
Mientras, el fortalecimiento de la actividad económica y el aumento de la inflación hicieron que el ratio deuda/PIB descendiera más de 12 puntos porcentuales hasta el 338 por ciento del PIB, lo que supone el segundo descenso anual consecutivo.
No obstante, detalló que con el aumento de los costos de endeudamiento -en particular para los mercados emergentes- la reducción fue impulsada en su totalidad por los mercados maduros más ricos.
“Como grupo vieron cómo la deuda total disminuía a 200 billones de dólares desde los 206 billones de dólares de hace un año”, precisó.
Sin embargo, la deuda de los países en vías de desarrollo alcanzó un nuevo récord de 98 billones de dólares, con Rusia, Singapur, India, México y Vietnam liderando los países que registraron los mayores aumentos.
Por tanto, insistió el informe del IIF, la mejora fue impulsada por los mercados desarrollados, que experimentaron una caída global de 20 puntos porcentuales, hasta el 390 por ciento.
De ahí que el ratio de deuda de los mercados emergentes aumentó dos puntos porcentuales, hasta el 250% del PIB, impulsado en gran medida por China y Singapur. Desglosando aún más las cifras, el IIF estimó que el ratio deuda pública/PIB de los mercados emergentes aumentó hasta casi el 65 por ciento del PIB en 2022, desde algo menos del 64 por ciento.
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