Según explicó Askaldóvich este miércoles en la página oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores, en Ucrania continúa un acoso sin precedentes contra las instituciones de la Iglesia Ortodoxa y sus fieles.
El Servicio de Seguridad Ucraniano efectuó registros en la residencia del metropolita Feodosi de Cherkasi e intentan llevarlo ante los tribunales, imputándole la violación de los derechos religiosos de ciudadanos, según el Código Penal, denunció el diplomático.
La acusación se basa en que durante los allanamientos se encontraron unos textos en ruso de la Iglesia ortodoxa Rusa.
“¿Acaso leer, escribir, hablar y pensar en ruso es un crimen horrible? Eso se parece mucho al Reich nazi», agregó Askaldóvich.
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