El foro que atrajo a más de tres mil delegados de gobiernos, organismos reguladores, empresas digitales, círculos académicos y la sociedad civil dio continuidad al proceso de consultas activado por la Unesco en septiembre del año pasado para abordar el desafío del uso irresponsable y nocivo de la red de redes.
La víspera, en la jornada inaugural del evento, la directora general del ente multilateral, Audrey Azoulay, alertó sobre la marea de desinformación y la ola de complotismo, que tomaron fuerza fundamentalmente desde el inicio de la pandemia de la Covid-19, vinculadas al interés de ciertos grupos y personas
“El resultado es un nuevo modelo económico que ha privilegiado las emociones y el miedo en lugar de la reflexión, un modelo utilizado por los amigos de la desinformación, y que está siendo usado en procesos electorales, lo cual constituye una verdadera amenaza”, señaló.
Al respecto, Azoulay destacó la intención de la Unesco de reflexionar sobre cuestiones como la alfabetización digital y la moderación de contenidos, entre otras, en aras de perfilar directrices que permitan regular las plataformas digitales, sin abandonar el respeto a la libertad de expresión y los derechos humanos.
También el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió en un mensaje a la Conferencia la regulación de esas plataformas como una herramienta para proteger la democracia. No podemos permitir que la integridad de nuestras democracias sea afectada por las decisiones de algunos pocos actores que controlan las plataformas digitales, advirtió.
Lula ilustró la naturaleza de la amenaza con lo sucedido el mes pasado en Brasil, donde seguidores del expresidente Jair Bolsonaro desataron la violencia en Brasilia contra poderes del Estado, y con las campañas de mentiras circuladas en Internet durante la pandemia.
La Unesco prevé publicar las directrices reguladoras para mediados de año, a partir del aporte de los diversos actores, muchos de ellos reunidos ayer y hoy en esta capital.
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