Según Yvon Lamorandière, a cargo del Carnaval de Fort-de-France desde 2002 en esta isla del Caribe francés, este año hubo buen ambiente y asistencia, pero en su opinión la calidad del carnaval ha bajado, especialmente en términos de música.
Ya no cantamos canciones compuestas con letra en criollo (creole), comentó, los autores-compositores son escasos y ya no hay concursos de canto, lamentó Lamorandière citado por el diario.
También enfatizó que esta fiesta de Martinica está perdiendo su autenticidad que lo diferencia de otras del Caribe, pues las bodas burlescas del lunes de carnaval fueron casi inexistentes este año.
Agregó que Jean-Emmanuel Emile, sumo sacerdote en la ceremonia de cremación de Vaval, tuvo dificultades para «reclutar dolientes en las redes sociales».
Con ello Lamorandière se refirió a una tradición que lleva un reclutamiento de cientos de “dolientes” para participar en el funeral y la quema del Rey Valval, ceremonia que marca el final oficial del carnaval.
Generalmente 30mil de ellos son incorporados a este evento en el cual muchas “viudas”, las Guiablesses, “lloran” la muerte del Rey”.
Según medios locales las llamas fúnebres del monarca iluminan el cielo y la multitud corea “Vaval, pa kité nou”, que se traduce como “Carnaval, no nos dejes”.
El Carnaval de Martinica se celebra anualmente cuatro días antes de la Cuaresma, tiempo litúrgico del calendario cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua, evento central del cristianismo.
Por primera vez desde la pandemia de Covid-19 este año miles de personas estaban en las calles de Fort-de-France disfrutando del jolgorio.
Extraoficialmente, la temporada suele comenzar en enero con fiestas y desfiles en pueblos de toda la isla, cada fin de semana hasta que comienza el festejo principal.
Durante este carnaval caribeño celebrado en el mes de febrero Martinica recibe un gran número de visitantes en busca de vivir la colorida celebración.
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