En su ‘Informe de economía latinoamericana’, la principal entidad financiera del país ibérico señaló que el ritmo fue más robusto y heterogéneo, con oscilaciones entre el 2,5 por ciento de Chile y el 7,5 de Colombia.
Sin embargo, consideró que se aprecia ‘una clara senda de desaceleración’, amparándose en los datos de crecimiento del segundo semestre de 2022, con apenas un 0,5 por ciento, inferior al 1,1 del primer tramo del año.
Para el Banco de España el horizonte es complejo e incierto y la salida de la ralentización de las economías latinoamericanas dependerá del endurecimiento de las condiciones financieras globales e internas, la resistencia del consumo de los hogares y el vigor de la demanda externa.
Con la vuelta a la normalidad del mundo, atrás los dos años de parálisis casi general, la esperanza del regreso de China a la palestra del comercio y el intercambio económico, es una alternativa interesante para el llamado Nuevo Mundo, con una relativa baja de la inflación.
En esa línea, las expectativas que aprecia el Banco de España se enfocan en una gradual disminución de los precios en 2023, aunque con las inquietudes alrededor de los alimentos y la inflación en el sector de los servicios.
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