«El elemento disuasorio más poderoso, para los exaltados que llevan charreteras de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, es la capacidad nuclear que posee Rusia, además de tener suficientes armas modernas de alta precisión”, dijo Medvedev a la revista Natsionálnaya Oborona.
Medvédev aseveró que, la industria de defensa rusa es capaz de producir todo lo necesario para repeler y reprimir cualquier agresión y no permitir ni el más mínimo riesgo para la seguridad y soberanía del país y de sus aliados.
El hecho de que haya sido posible aumentar la producción de armas, equipos militares y medios de destrucción en un período tan corto sorprende a nuestros adversarios, manifestó.
Más adelante el expresidente ruso reflexionó que tras el 80 aniversario de la victoria del pueblo soviético en la batalla de Stalingrado, la historia se repite y Moscú se enfrenta de nuevo a un imperio de enemigos diversos.
“Esa fue la mayor batalla del siglo XX, tras la cual la derrota final de los Ejércitos de Hitler fue inevitable. En la actualidad los neofascistas ucranianos y europeos, Estados Unidos, el resto de los anglosajones y sus vasallos (unos cincuenta países) repiten aquel escenario», aseguró el político.
Además, afirmó que estos adversarios se propusieron borrar a Rusia de la faz de la tierra, pero no lo conseguirán. «Somos más fuertes, y esto ahora también es evidente».
Y el famoso mundo occidental es sólo una pequeña parte de la comunidad internacional, alrededor del 15 por ciento de la población mundial. Ricos, aventureros, pero una minoría», añadió.
A su vez, Medvédev subrayó que la operación militar especial enseñó en 2022 mucho a los rusos y «les liberó por fin de cualquier ilusión sobre el Occidente democrático, cuya hipocresía y virulenta rusofobia superan todos los límites imaginables».
El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia añadió que lo más importante era que este año Moscú consiguió creer firmemente en sus propias capacidades y en su propia victoria.
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