El presidente de la Conaie, Leonidas Iza, acusó a la empresa estatal Petroecuador por acabar con la vida de quien defendía su territorio, en la región amazónica de Sucumbíos, de las actividades extractivistas.
El asesinato del líder de la etnia Kofán fue con disparos, a quemarropa, tipo sicariato en los exteriores de su vivienda, precisó Iza en un pronunciamiento en la noche del domingo en el cual aseguró que no dejarán el hecho impune.
Mencionó que tan lamentable hecho ocurre horas después de que Mendúa participara en primera línea en el consejo empleado de la Conaie y eso “nos deja con absoluta sospecha e incertidumbre”.
Este lunes analizaremos el crimen en términos jurídicos y también en cuanto a lo que significa en términos organizativos y políticos, apuntó.
Iza, además, rechazó las actividades mineras y extractivistas en comunidades indígenas del país con violación del derecho a la consulta libre, previa e informada, como establece la Constitución, lo cual ha aumentado la conflictividad en los últimos meses con el uso de armas de fuego.
Igualmente, denunció la persecución contra su persona y otros líderes de la organización y se refirió a disparos recibidos en su vehículo durante el paro de junio de 2022.
La seguridad de los dirigentes y de las comunidades en conflicto con la extracción minera y petrolera está en peligro, aseveró Iza, al tiempo que solicitó la intervención de organismos internacionales de derechos humanos.
Por su parte, el presidente Guillermo Lasso reaccionó ante el hecho en su cuenta de Twitter donde informó que dispuso implementar todas las acciones necesarias para encontrar a los responsables y llevarlos ante la justicia.
El ministro del Interior, Juan Zapata, ratificó el mensaje del mandatario y aseguró que ya se trasladaron equipos de la Policía Nacional para respaldar las labores investigativas de la Fiscalía.
Este suceso tiene lugar luego de que la Conaie rompiera el diálogo con el Gobierno establecido luego del paro de junio pasado y llamara a la renuncia de Lasso por incumplir los acuerdos pactados y también por el escándalo de corrupción y vínculos con el narcotráfico de su administración.
Tras el crimen, el exvicecanciller ecuatoriano Kintto Lucas comentó que el gobierno de Ecuador, sus “periodistas”, sus asalariados y sus troles generaron odio e incitaron a la violencia contra los indígenas y opositores.
Entretanto, otros analistas consideran que con ese tipo de acciones están precipitando la reacción del movimiento indígena contra el Ejecutivo y, a su vez, puede ser una maniobra para desatar un baño de sangre de dirigentes populares en Ecuador.
jf/avr