Según expresó el político al rotativo Izvestia, la conmemoración el año pasado del centenario de la fundación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) tuvo lugar «con el telón de fondo de eventos que comenzaron hace tres décadas y provocaron poderosas y destructivas convulsiones en 2022.
Medvédev señaló que «con un estruendo metálico se derrumbaron los cimientos del orden mundial postsoviético, que hasta hace poco se había considerado no el mejor, pero sí más o menos habitual”.
Las “bolsas de aire” internacionales no funcionaron, y ahora aparecen grietas en la amplitud y profundidad de todo el sistema de mantenimiento de la paz en el mundo, precisó.
Al referirse a la URSS, Medevédev señaló que ese «poderoso país se aferró durante mucho tiempo a los acuerdos de posguerra y a los intereses mutuos de los estados miembros, a la confrontación de bloques y a los misiles nucleares, al suministro de alimentos, tractores y tanques, y al realismo socialista».
El expresidente ruso agregó que no profundizaría en los motivos de los líderes políticos por cuyos esfuerzos la URSS se derrumbó ni especularía sobre las causas del colapso del país, ya fueran maquinaciones de enemigos externos, una economía poco competitiva o la carrera armamentística.
Admitió que el último dirigente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, «creía sinceramente que actuaba por el bien del pueblo multinacional de un gran Estado».
«Al mismo tiempo, a los líderes de las repúblicas de la Unión sólo les importaba cínicamente convertirse en jefes de estados independientes creados sobre los restos aún humeantes de un gran país», añadió.
También señaló que la URSS «ha seguido siendo una amada Madre Patria y un hermoso sueño de justicia para la generación de los mayores, que aún viven en los territorios de las 15 naciones» que integraron la Unión.
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