Por Waldo Mendiluza
Corresponsal en Francia
Las plataformas digitales contribuyen al progreso humano y acercan a las personas borrando distancias, sin embargo, resultan con demasiada frecuencia presas de intereses mezquinos y nocivos.
“Nos enfrentamos a uno de los retos más complejos y decisivos de nuestro tiempo. Lo afrontaremos juntos, definiendo principios comunes basados en los derechos humanos, en particular la libertad de expresión”, afirmó la directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay.
Bajo este principio, el ente multilateral dirige desde septiembre un proceso de consultas que buscan sentar las bases para el establecimiento de directrices reguladoras encaminadas a lidiar con el problema planteado.
En esa dirección, la sede de la Unesco en París acogió a finales de febrero la Conferencia Mundial “Por un Internet confiable”, a la que asistieron cuatro mil 300 delegados de gobiernos, organismos reguladores, empresas digitales, círculos académicos y la sociedad civil, que serán beneficiarios de las procuradas normas.
EL PROBLEMA
Subrayando siempre el papel positivo de las plataformas digitales, entre ellas las redes sociales, no puede desconocerse su empleo para desestabilizar, promover golpes de Estado, cuestionar los resultados de elecciones legítimas, y propagar mentiras y teorías conspirativas.
De acuerdo con el secretario general de la ONU, António Guterres, la desinformación y la negación de hechos científicamente establecidos representa un riesgo existencial para la humanidad.
La pandemia de la Covid-19 demostró la realidad de esa sentencia, al punto de que cobraran no pocas vidas las mentiras diseminadas, en unos casos para proponer remedios inútiles y en otros para negar la efectividad de medicamentos y medidas de prevención.
También pusieron en evidencia la necesidad de actuar contra la desinformación y los mensajes de odio, hechos de la gravedad del asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero del 2021 por seguidores del entonces presidente Donald Trump, empeñado en desconocer su revés electoral, y el ataque a poderes del Estado en Brasilia, el pasado 8 de enero, por seguidores del también derrotado en las urnas Jair Bolsonaro.
A partir de sus misiones dentro del sistema de las Naciones Unidas en materia de comunicación e información, la Unesco tomó cartas en el asunto.
LA CONFERENCIA
El foro “Por un Internet confiable” acogió diversos paneles y mesas redondas, en las cuales primó el consenso sobre la necesidad de regular las plataformas digitales, sin coartar la libertad de expresión.
Para Azoulay, llegó el momento de dotar a la comunidad internacional de un marco regulador en las plataformas digitales, en aras de prevenir y evitar que se conviertan en un espacio de ataque contra los derechos humanos, la libertad de expresión y la democracia.
Al analizar retos y sucesos, insistió en que la negación de hechos científicos, la desinformación y las conspiraciones no se originaron en las redes sociales, pero florecen en las mismas “mucho mejor que la verdad”.
Una visión similar expuso la periodista filipina Maria Ressa, premio Nobel de la Paz, quien advirtió que las falsedades viajan más rápido que los hechos, y causan particular daño cuando están impregnadas de odio y de miedo.
En ese sentido, llamó la atención de que si seguimos aceptando que los algoritmos de las redes sociales premien las mentiras, las futuras generaciones heredarán un mundo en el cual la verdad se habrá devaluado peligrosamente.
Por su parte, el coordinador general de la Conferencia, Guilherme Canela, consideró lo más urgente generar las herramientas para la regulación con el concurso de todas las partes interesadas, entre ellas, gobiernos, empresas y la sociedad civil.
Según el experto, se trata de aprovechar al máximo las oportunidades que brinda la red de redes, pero mitigando sus riesgos y, eventualmente, articulando la vía judicial para cuando se produzcan daños.
A partir de la consulta lanzada, de los aportes del encuentro en la Unesco y de futuros debates, el ente multilateral fijó septiembre próximo como el momento para publicar las directrices reguladoras.
LULA EN DEFENSA DE LA REGULACIÓN
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió la búsqueda de puntos comunes que protejan la democracia en el ámbito de Internet.
No podemos permitir que la integridad de nuestras democracias sea afectada por las decisiones de algunos pocos actores que controlan las plataformas digitales, alertó el mandatario en un mensaje al foro.
Lula ilustró la naturaleza de la amenaza con lo sucedido en enero, cuando seguidores del expresidente Jair Bolsonaro desataron la violencia en Brasilia contra poderes del Estado.
Lo ocurrido ese día fue la culminación de una campaña iniciada mucho antes, que utilizó la mentira y la desinformación como municiones para atacar a la democracia y las instituciones, al igual que en otras partes del planeta, una situación que debemos detener, subrayó.
De acuerdo con el líder brasileño, otro ejemplo del desafío fue la pandemia de la Covid-19, durante la cual causó mucho daño la difusión errónea de contenidos, provocando miles de muertos.
Asimismo, denunció las consecuencias negativas del discurso de odio en las redes sociales, al que atribuyó víctimas diarias.
En el mensaje, Lula reconoció que la regulación en Internet debe caracterizarse por el equilibrio, en aras de garantizar el ejercicio de la libertad de expresión individual, un derecho humano fundamental.
Sin embargo, es también importante garantizar el derecho colectivo a acceder a una información confiable, alejada de la mentira y la desinformación, insistió.
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