Según aclaró el alto funcionario, la reducción prevista se contabilizará a partir de la tasa de producción real, y no a partir de la cuota atribuida a Rusia dentro del acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Por este compromiso el gigante euroasiático debería extraer unos 10,5 millones de barriles diarios a partir de noviembre de 2022. Sin embargo, en enero de 2023, el país produjo de 9,8 a 9,9 millones.
Ronald Smith, analista senior de la empresa BCS World of Investments, pronosticó que esta decisión de Moscú podría empujar al alza tanto las cotizaciones internacionales del petróleo como el precio del crudo de la marca Urals.
Esto, a su vez, tendría un efecto positivo en los ingresos de las petroleras rusas y en el presupuesto federal.
Nóvak, a su vez, señaló que la decisión de Rusia de reducir voluntariamente la producción de crudo se tomó solo en relación con marzo, y su prórroga respecto a los meses posteriores dependerá de la situación en el mercado.
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