Ambas instalaciones están entre los escenarios que el alcalde de la comuna capitalina, Mario Durán, incluye en el proceso de restauración que con la colaboración de Italia, desarrolla la ciudad para mostrar un nuevo rostro, oculto por cientos de ventas informales que por casi 70 años se expandiera por el centro de la capital.
Las dos joyas arquitectónicas cumplen más de 100 años de apertura al público en el centro de San Salvador. Este 1 de marzo, el Teatro y el Palacio Nacional están de aniversario tras ser abiertos el primero hace 106 años y el segundo, hace 112, reseña la prensa local.
El Palacio Nacional es la joya más longeva del Centro Histórico y más emblemática en El Salvador, debido a que en su apogeo albergó a los tres poderes del Estado y varios ministerios, según los historiadores.
La edificación tiene al menos cinco salones emblemáticos: el azul, que albergó a la Asamblea Legislativa desde el 5 de noviembre de 1906 hasta el 1 de noviembre de 1974 y tiene los curules originales, que aún son conservados. Fue declarado Monumento Histórico Nacional
Según explican los guías de turismo el salón amarillo fue la sede del órgano Ejecutivo hasta 1930 y era el despacho del presidente de la República. El salón Rojo era el de protocolo del presidente, donde recibía a embajadores y se hacían los actos oficiales, tiene un balcón donde los presidentes ofrecían sus discursos.
El salón Rosado, precisan los historiadores, fue la sede de la Corte Suprema de Justicia entre 1911 y 1974. Y el Salón del Jaguar, actualmente en resguardo por mantenimiento, donde está la conceptualización de la cultura indígena y elementos mitológicos en sus paredes.
El Teatro Nacional, diseñado por el arquitecto francés Daniel Beylard y construido de hormigón armado, tiene una fachada de 45 metros de longitud y 17,43 de alto, mientras que el techo del escenario tiene 25,94 metros.
La instalación resistió los embates de terremotos en los años 1917, 1932, 1965, 1982, 1986 y 2001, y hoy mantiene sus puertas abiertas a las artes.
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