Esa es la conclusión de una investigación de un equipo liderado por el Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos.
De acuerdo con el análisis realizado, las aguas costeras contaminadas por residuales se transfieren a la atmósfera en forma de aerosol marino formado por las olas, el cual contiene bacterias, virus y compuestos químicos procedentes del mar.
Señaló, además, que las precipitaciones en la región fronteriza entre Estados Unidos y México complican el tratamiento de las aguas residuales que se desvían al río Tijuana y desembocan en el océano en el sur de Imperial Beach, lo que ha causado una contaminación crónica del agua costera durante décadas.
Según la investigadora principal, Kim Prather, profesora del Instituto Scripps de Oceanografía y del Departamento de Química y Bioquímica de la Universidad de California, el estudio aparece en medio de un invierno en el que se calcula entraron al océano 49 mil millones de litros de aguas residuales contaminadas.
Se descubrió que los aerosoles del océano contenían bacterias y sustancias químicas procedentes del fluvial de Tijuana, por lo que continúa la investigación de seguimiento para detectar virus y otros patógenos transportados por el aire.
Prather y sus colegas advirtieron que aunque no significa que la gente esté enfermando, las comunidades costeras están expuestas a la contaminación del agua costera incluso sin entrar en las contagiadas, por lo que son necesarios más estudios para determinar el nivel de riesgo que supone para el público.
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