La madrugada de este martes, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas ecuatorianas confirmaron la muerte del cabo segundo, Ronny Intriago Macías, durante un cruce de disparos con una banda narcodelictiva en esa localidad.
A pesar del estado de excepción, decretado en esa provincia el pasado 3 de marzo por el presidente Guillermo Lasso, a diario se reportan crímenes en el territorio esmeraldeño.
Mediante el decreto 681, el mandatario determinó restringir la movilidad entre las 21:00 y las 05:00, horas locales, durante 60 días, en los cuales también estarán limitados los derechos de asociación, reunión, inviolabilidad de domicilio y correspondencia.
El jefe del Ejecutivo también determinó que la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas coordinen acciones, en el marco de sus competencias, para mantener el orden público.
Varios sectores productivos y directivos de Esmeraldas mostraron su malestar ante la falta de efectividad de la medida por el incremento de la seguridad y del impacto directo en la reactivación económica de esa zona.
En este sentido, el alcalde electo en esa provincia del país andino, Vicko Villacís Tenorio, apuntó que un nuevo estado de excepción no va a solucionar los problemas estructurales que tiene la ciudad.
Villacís advirtió que es necesaria y urgente la intervención del Gobierno central en salud, vivienda, educación, y la reactivación económica.
De igual forma, la alcaldesa en funciones, Lucía Sosa, coincidió en que Esmeraldas no necesita otra medida limitante, sino mayor intervención estatal. Entre más ausencia del estado en los barrios, más presencia de grupos narcodelictivos y delincuencia organizada, explicó.
Este es el tercer estado de excepción decretado en Esmeraldas. El último fue establecido por Lasso en noviembre del año pasado al igual que lo dispuso en Guayas y Santo Domingo de los Tsáchilas.
En lo que va de 2023, según datos del Ministerio del Interior, se registraron en Esmeraldas 70 muertes violentas, 94 detenidos por narcotráfico, mil 400 kilos de drogas incautados y 360 robos en casas, de vehículos y a personas.
Ecuador cerró 2022 con 25 homicidios por cada 100 mil habitantes, la mayor tasa de su historia, y Esmeraldas fue la provincia más violenta, con 63 asesinatos por cada 100 mil habitantes.
Expertos en la materia consideran que esa situación se debe a la guerra de cárteles nacionales e internacionales por el control del narcotráfico y la ineficiente respuesta estatal a esa cuestión.
Además, residentes en esa localidad fronteriza con Colombia apuntan a la pobreza, el desempleo y el abandono estatal como causas de la inseguridad.
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