El sitio, resultado de las obras de transformación de un drenaje de aguas residuales, deviene sana atracción para los turistas, quienes disfrutan de la hermosa vista, la frescura de aguas cristalinas y la diversidad de “venas” que conectan con paseos y lugares de interés de la urbe.
De las labores de dragado y mejoras del canal nació un paraje perfecto para divertirse en familia o vivir un día romántico, aunque su posición geográfica hace que casi todos sepan de su existencia, mucho más ahora que forma parte de la ruta camino al Estadio Intercontinental, sede del V Clásico Mundial de Béisbol (WBC).
Además de su función como regulador del agua entre temporadas de caudal bajo y alto, la megaconstrucción garantiza la calidad de los recursos hídricos, al tiempo que demuestra el interés por preservar la naturaleza en entornos urbanos, pues está custodiada por una amplia muestra de árboles.
Otro de los atractivos es la posibilidad de conocer importantes espacios de la vida económica, social, cultural y política de la zona, como el Museo de la literatura, la heladería Miyahara, el mercado nocturno Feng Chia, el Teatro Nacional, entre varios más.
Igualmente, sobresale el Museo de Bellas Artes, que atesora una colección superior a las 16 mil piezas, las cuales abarcan la historia de diferentes expresiones estéticas del territorio y promueve el desarrollo a partir de acciones educativas, intercambios internacionales y promoción de creadores locales.
Y en coherencia con la paz que emana, la ruta aproxima a una zona de meditación: el Templo del Bodhisattva, escenario para practicantes del budismo y los interesados en esta religión, que enseña a explorar la vida -y comprenderla- en pos de la verdadera liberación.
Así, en medio del ajetreo reinante en la urbe a solo horas del pistoletazo de arrancada del WBC, el paseo absorbe las miradas curiosas de los forasteros y recibe a los vecinos que encuentran calma y felicidad en el paseo más famoso de Taichung.
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