De acuerdo con los datos de la Administración General de Aduanas, las operaciones de ese sector representaron más de 895 mil millones de dólares, pues las exportaciones bajaron 6,8 puntos y las importaciones decrecieron 10,2.
El terreno comercial de China muestra una tendencia a la baja desde el último trimestre de 2022, su débil comportamiento influyó en la expansión de solo tres por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y terminó el año con un alza interanual de apenas 7,7 por ciento, mientras en 2021 fue de 21,4.
Pero tras desmontar su mecanismo antiCovid-19, la nación asiática reactivó a ritmo acelerado la producción, normalizó la transportación internacional de cargas y puso en vigor medidas para reanimar y dotar a la economía de resiliencia frente a las incertidumbres generadas por la pandemia y el conflicto Rusia-Ucrania.
Según algunos expertos, es muy posible que las autoridades procedan con más disposiciones con el objetivo de catapultar el comercio exterior durante el resto de 2023 y ubican las primeras señales de recuperación en el segundo semestre, cuando además podría aumentar la demanda de bienes desde Estados Unidos y la Unión Europea.
China se plantea este año un auge de cinco por ciento del PIB, una de las metas más bajas de la última década pero a tono con sus planes de garantizar la estabilidad económica frente a los desafíos internos y externos.
No obstante, buscará revertir inconvenientes como la caída de la demanda y las trabas en las cadenas de suministros, mientras sigue atenta al impacto en el comercio exterior de la creciente competencia de Vietnam y otros mercados de sudeste asiático.
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