La comandancia provincial de policía informó que el ataque ocurrió en el área de la presa Al-Sib en el municipio de Salamieh, cuando los radicales abrieron fuego de armas automáticas contra pastores y además les robaron más de mil ovejas.
Aclaró que tras su acción, los yihadistas huyeron hacia zonas en la profundidad del desierto donde se ocultan en escondites y cuevas.
La víspera, al menos tres civiles perecieron por la explosión de una mina colocada por radicales de Daesh en un barrio residencial de la ciudad de Deir Ezzor, cabecera de la provincia oriental siria del mismo nombre.
Ya suman casi 100 los civiles muertos durante las últimas dos semanas por ataques o minas colocadas por los extremistas de esta agrupación, inscrita en la lista del terrorismo internacional.
En el desierto de Al-Badieh se incrementan las agresiones del Estado Islámico, cuyos integrantes, según denuncias de Damasco, reciben apoyo logístico, protección e información de inteligencia por parte de los militares norteamericanos en la zona de Tanef, en el este del país.
Según analistas, el Daesh recurre, desde su derrota en 2018, a la guerra de pandillas y ataca apoyado en claras instrucciones de inteligencia para desgastar a las tropas sirias y sus aliados.
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