Este desgarrador testimonio fílmico, dirigido por Santiago Mitre, emergió en la escena cinematográfica contemporánea como una forma de vindicar a las más de 30 mil personas secuestradas, detenidas, torturadas y asesinadas en ese nación entre 1976 y 1983, recordó la productora Agustina Llambi, en declaraciones a Prensa Latina.
Ganadora del Globo de Oro en el apartado de mejor película extranjera, el filme devuelve al público el sabor de los años 80 del siglo pasado, cuando Argentina vivió los momentos más oscuros de su pasado, seguidos de una escalada de denuncias a los horrores cometidos por el régimen.
En esa lucha por la verdad y destapar esa caja de Pandora -llena de atrocidades- aparecieron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y otras organizaciones, al tiempo que nació la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, decretada por el expresidente Raúl Alfonsín (1983-1989).
En esta trama controversial y dolorosa se basa la cinta que apuesta por ilustrar episodios “donde convergen todos los sentimientos” y que parecían haberse borrado tras el juicio de 1985, señaló la productora.
Ella calificó la acogida del público -tras su estreno en el país- como un hecho impresionante, que impactó de igual forma a “las personas que lo vivieron y aquellos que no sabían nada”.
Señaló que el largometraje superó el millón de espectadores en Argentina, un hecho insólito tras las dificultades ocasionadas por el corto período otorgado por Amazon Estudios para el recorrido por las salas.
Cientos de materiales de archivo, testimonios y hasta escenarios, como la sala del juzgado, avalan la veracidad de la narrativa de la cinta que articula realidad y ficción como herramientas para lograr una dramaturgia coherente y atractiva.
Una de las victorias de la película, además de su excelente factura, guion y trabajo actoral, recae en la posibilidad brindada de recordar el hecho que supuso un punto de giro en Argentina, al sufrir los embates de la lucha de poder con un golpe de Estado tras otro y las dictaduras; la de 1976 “fue la última pero no la única”.
Galardonada en la 79 Mostra de Venecia, Italia, y el Festival de San Sebastián, España, la película posee los elementos para destacar, pues acapara elogios de la crítica.
Esos incluye aspectos como el guion de Mitre y Mariano Llinás, la música de Pedro Osuna, la fotografía de Javier Juliá o las actuaciones de Ricardo Darín, Peter Lanzani, Alejandra Flechner y Carlos Portaluppi.
Asimismo, destaca por la ambientación que traslada a la época de los años 80 sin estridencias, pero con un manojo de detalles que disparan los recuerdos de los espectadores en cada secuencia.
No es de extrañar entonces que en la disputa por el Oscar resalte esta entrega, aunque la alemana Sin novedad en el frente, de Edward Berger, figura como una contrincante de peso tras colocarse en el Top 10 de películas de Netflix más vistas del 2022.
Considerada una de las grandes sorpresas de la temporada, la producción de Berger integra también la selección de nominadas a mejor película de los Oscar, lo cual demuestra los valores del largometraje, que arrasó en los premios BAFTA británicos.
Este remake de la cinta homónima de 1930 posee una historia de éxitos, pues tanto el audiovisual anterior como la novela de la cual surgió de Erich Maria Remarque, marcaron hito por su aproximación a la Primera Guerra Mundial.
Con todas las papeletas para incluirse entre las mejores películas de guerra de la historia del cine, cuenta en su elenco con las actuaciones de Felix Kammerer, Albrecht Schuch, Aaron Hilmer, Moritz Klaus, Edin Hasanovic, Sebastian Hülk y Daniel Brühl.
El apartado de filme extranjero recoge, además, los títulos Close, de Lukas Dhont (Bélgica), EO, de Jerzy Skolimowski (Polonia) y The Quiet Girl, de Colm Bairéad (Irlanda), las cuales completan una alineación marcada por el talento, la evocación de temas de impacto y una excelente factura.
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