Obra espigada y significativa en más de una película de horror, intriga o espionaje, el Big Ben, recibió después un tercer nombre para remarcarse en el acervo de las islas británicas.
Conocida en un inicio como Torre del Reloj, luego La Torre del Big Ben, después fue bautizada como la Torre Isabel, en honor de la reina de Inglaterra sobre una propuesta de la Cámara de los Comunes del Reino Unido.
La noticia apareció en los medios de prensa a partir de finales de junio de 2012, sin embargo, para la mayoría de los londinenses y de los millones de turistas que le conocen provenientes desde todo el mundo sigue como la del Big Ben.
Una estructura singular
Luego de ser un lugar sumamente popular, el parlamentario Tobías Ellwood sugirió el cambio de nombre y recibió el apoyo de los 40 miembros de la Cámara de los Comunes, bajo la frase de Justo tributo.
El argumento de los políticos estuvo en los 70 años de trono de la monarca (1952-2022) y su servicio público. Una carta de apoyo enviada por el propio Ellwood fue amparada por más de la mitad de los parlamentarios de ese momento, incluidos David Cameron, Nick Clegg y Ed Miliband.
A los efectos del cambio de nombre, el Daily Telegraph informó que 331 miembros del Parlamento, incluidos a sus líderes principales, apoyaron la propuesta de que la Torre del Reloj se llame Elizabeth Tower, propuesta aceptada el 26 de junio de ese año.
Este es un lugar histórico, inaugurado en 1860, y algunas de las partes del Palacio de Westminster, donde se encuentra, también fueron rebautizadas en su momento.
El reloj y la torre de Westminster constituyen símbolo de la puntualidad británica, sobre todo por su reloj Big Ben, que resultó de un apodo popular de sus inicios, otorgado a la campana de 13,5 toneladas ubicada en el centro de esa torre. Comenzó su construcción en 1843 y finalizó en 1859, con una altura de 98,5 metros y en un estilo Neogótico, concebido por el arquitecto Charles Barry.
En realidad, Elizabeth Tower es como se conoce la gran campana del reloj que está en la parte noroeste del Palacio de Westminster, sede del Parlamento del Reino Unido.
Llevó como nombre el de «Clock Tower» hasta el 26 de junio de 2012 cuando en honor al jubileo de diamante de la reina Isabel II se decidió el bautizo de Torre Isabel (Elizabeth Tower).
Se trata del reloj de cuatro lados más grande y más alto del mundo, y celebra 163 años; la torre como tal se completó en 1858 y el reloj comenzó a operar el 7 de septiembre de 1859.
El diseño de Charles Barry, para un nuevo palacio dio origen a Westminster, luego que el anterior lo consumieran las llamas de un incendio el 16 de octubre de 1834.
Barry era el arquitecto jefe del Palacio y encargó a Augustus Pugin el diseño de la Torre del Reloj, parecido a otros de su autoría como el del Scarisbrick Hall; y como nota curiosa, el del Big Ben seria su última obra antes de entrar en locura.
La torre cuenta con 16 pisos. El cuerpo de esta estructura es de 61 metros compuesto de ladrillo y revestido con piedra caliza de Anston color claro. Los 35 metros restantes constituyen la aguja de hierro fundido, con tres metros de grosor.
Además esta aguja lleva cuatro metros bajo el nivel del suelo para hacerla aún más impresionante todavía.
Los cuatro relojes, uno por cada cara, están a 55 metros de altura con un peso aproximado de ocho mil 667 toneladas y un volumen estimado en el interior de la torre de cuatro mil 650 metros cúbicos.
Sin embargo, pese a tener un impacto muy particular en los turistas, esta torre no esta abierta a extranjeros, solo a británicos que pueden solicitar un permiso para visitarla y que otorga el Parlamento. Los curiosos deben subir 334 escalones de piedra hasta su parte más alta.
Como torre de relevancia que se respete, cambios en el suelo desde su construcción, sufrió una inclinación leve hacia el noroeste de aproximadamente 220 milímetros, además de registrarse una oscilación anual de algunos milímetros de este a oeste, a causa de efectos térmicos.
Otros elementos curiosos destacan en cuanto a diferencias, pues una de las cuatro caras de la torre incluye una aguja que mide 2,7 metros y la de los minutos 4,3 metros.
Esos cuatro relojes diseñados por Pugin y en cada lateral cuenta con una estructura esférica de hierro de siete metros con 312 piezas de cristal opaco, al estilo de una vidriera de tienda.
Con marcos dorados en la base de cada reloj, con letras de latón, aparece una frase en latín que indica Dios guarde a nuestra reina Victoria (Domine Salvam fac reginam nostram Victoriam Primam).
Y lo más importante, esos relojes son famosos por su precisión, creados por el abogado Edmund Beckett Denison y George Biddell Airy, para la fecha el astrónomo de la corte.
El reloj como tal se encargó a Edward John Dent y luego de su muerte en 1853 su hijastro, también relojero, completó el trabajo en 1854.
En 1941 un bombardeo alemán daño dos de los relojes y algunas otras estructuras de la torre, y entonces se diseñó otro bloque de cinco pisos.
El nombre de Big Ben se cree responde al primer encargado de su construcción Benjamín Hall o al boxeador Ben Caut, popular en 1858, año de fundición de la campana, pues fue esculpido en esa pieza.
La campana cuenta con una réplica de seis metros en metal llamada Little Ben, en la estación Victoria.
Otras torres se inspiraron en la londinense: la Torre de la Paz del parlamento de Canadá en Ottawa, el reloj de Pachuca en México y la torre del reloj en Victoria, Seychelles.
Curiosidades, roturas y reparaciones, incluyen el anecdotario de esta torre y sus relojes que ahora atesora su tercer nombre.
arc/rfc
*redacción de Economía de Prensa Latina
