El mandatario demócrata podría ser condenado si rescata a los bancos como si no lo hace, advirtió la cadena CNN al recordar que Biden comprende perfectamente los riesgos políticos a los que se enfrenta.
Como vicepresidente durante la administración de Barack Obama (2009-2017), el ahora jefe de la Casa Blanca estuvo presente en las sombrías reuniones en las que se tomaron decisiones fatídicas sobre los rescates del Gobierno, señaló la televisora.
Después de que Obama heredara la peor crisis financiera en más de 70 años, el salvataje a las instituciones financieras dio el oxígeno a la economía estadounidense.
Sin embargo, apuntó, en aquel momento atizaron una reacción política que alimentó un movimiento como el Tea Party, que desbancó a los demócratas de la Cámara de Representantes en las elecciones de medio término de 2010.
Obama escribió en su autobiografía, «Una tierra prometida», que en todo el espectro político, los votantes consideraban los rescates bancarios una estafa que había permitido a los barones de las finanzas salir relativamente indemnes de la crisis.
Por eso el futuro de Biden podría depender de su capacidad para evitar esa furia de los electores, en particular cuando se aproxima un nuevo ciclo electoral en 2024 y aunque no ha hecho pública su decisión, pretende lanzarse a la conquista de un segundo mandato.
De momento, el mandatario afirmó que el sistema bancario de Estados Unidos está “seguro y protegido” tras el reciente colapso del Silicon Valley Bank (SVB) y el cierre de Signature Bank.
Según el gobernante, los ciudadanos no deben temer, porque sus depósitos en los bancos “estarán allí cuando los necesiten”.
Al propio tiempo aprovechó para echar paja sobre su antecesor republicano, Donald Trump (2017-2021), a quien culpó de la reciente bancarrota por su decisión en 2018 de eliminar algunas reglas bancarias de la era de Obama. “Desafortunadamente, la última administración revocó las regulaciones”, subrayó.
A finales de la semana pasada, los reguladores asumieron el control del SVB, con sede en Santa Clara, California, que prestaba servicios a compañías tecnológicas financiadas con capital de riesgo y nuevas empresas y luego cerraron Signature Bank, de Nueva York, tras concluir que también presentaba un riesgo sistémico.
La Casa Blanca utilizó el Fondo de Seguro de Depósitos, un monto de 100 mil millones financiado con las primas que los bancos pagan a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, para garantizar las provisiones de las dos instituciones que cayeron en desgracia.
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