El movimiento telúrico, cuyo epicentro se ubicó a 44 kilómetros de profundidad en el municipio Balao de la provincia costera de Guayas, dejó también 126 personas heridas, así como afectaciones en 50 viviendas, 17 unidades educativas y 31 centros de salud.
El temblor ocurrido al mediodía de este sábado se sintió en 13 de las 24 provincias del país y tuvo al menos siete réplicas de magnitudes entre 2,6 y 4,6, indican datos del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.
Entre las afectaciones a infraestructuras se reporta el colapso de fachadas, rotura de vidrios y fisuras en paredes, entre otros.
La provincia El Oro, en el sur ecuatoriano, es el territorio con más destrucción.
Allí estaban 11 de los muertos, colapsó un muelle, cayeron líneas telefónicas y de electricidad, así como cámaras del sistema de emergencias integrado ECU 911.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se trasladó a la ciudad de Machala, en El Oro, para evaluar la situación y ofreció recursos para recuperar las edificaciones afectadas, especialmente, el hospital de ese municipio.
El Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada de Ecuador aseguró que el terremoto de este sábado «no reúne las condiciones necesarias para generar un tsunami» en el Pacífico.
El próximo 16 de abril, Ecuador recordará el séptimo aniversario de uno de los terremotos más destructivos de su historia reciente, que dejó más de 670 muertos, miles de afectados, así como millonarias pérdidas materiales.
Esta nación andina se encuentra en el Cinturón o Anillo de Fuego del Pacífico, que concentra algunas de las zonas de subducción (hundimiento de placas tectónicas) más importantes del mundo y es escenario de una fuerte actividad sísmica y volcánica.
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