Este sábado en la noche las cámaras del IG captaron el momento en que el volcán Sangay comenzó a expulsar material incandescente (lava) por el flanco sur este del coloso.
El espectáculo causó admiración y temor en la población, pese a lo habitual de este fenómeno en el país andino.
Luego de la incandescencia en el cráter, se observó emisión de ceniza y gases, según los reportes de IG que mantiene la alerta amarilla en todas las estribaciones orientales de la cordillera de los Andes, donde se ubica el volcán, dentro de la provincia de Morona Santiago.
La pasada semana el Ministerio de Ambiente anunció el cierre temporal del Parque Nacional Sangay, un área natural protegida localizada en la región centro-oriental, para garantizar la seguridad de los turistas y guardaparques.
Asimismo, en los últimos meses varias zonas de las ciudades de Guayaquil y Samborondón registraron vibraciones y ruidos.
Expertos del IGE ratificaron que la principal fuente de los ruidos era la actividad explosiva del volcán Sangay.
El volcán Sangay es uno de los más activos en Ecuador y desde 2018 se encuentra en proceso eruptivo, generando ruido y emisión de ceniza que se desplaza hacia las provincias de la costa ecuatoriana, principalmente Guayas y Los Ríos.
Mientras tanto, el volcán Cotopaxi emitió una nube de cenizas que alcanzó el kilómetro de altura.
El IG advirtió que, aunque cada vez es más frecuente este fenómeno, la nube de ceniza podría generar caída de material en las zonas ubicadas al este del volcán.
El Cotopaxi, cuya actividad eruptiva comenzó en octubre de 2022, está ubicado a 45 kilómetros al sureste de Quito y es la segunda montaña más alta del país con cinco mil 897 metros sobre el nivel del mar.
Una eventual erupción del mismo podría afectar a 700 mil personas en Ecuador.
Los expertos han advertido de un incremento de las señales sísmicas al interior del coloso.
El director general de la Secretaría de Gestión de Riesgos, Cristian Torres, explicó que trabajan sobre tres eventuales escenarios, incluído el considerado menos probable y es una erupción con presencia de lahares fuertes que afecten el drenaje norte y sur del volcán, como en 1877.
En ese caso, advirtió, cuatro municipios se verían directamente afectados: el sur de Quito, Latacunga, Mejía y Rumiñahui, donde habitan unas 25 mil personas, pero las afectaciones alcanzarían a 700 mil ciudadanos.
En caso de erupción, indicó, los habitantes recibirán el aviso de evacuación mediante las 55 sirenas instaladas.
Con los episodios registrados en los últimos meses, se prevé que la actividad se mantenga así por varias semanas o meses, pero cualquier cambio puede presentar posibles amenazas para los miles de ecuatorianos residentes en la zona.
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