“Contamos 15 niños de ocho familias, a quienes hemos unido con sus familiares en Ucrania, siempre que existan representantes legales hacemos los esfuerzos, hacemos todo lo posible para reunir a estas familias”, aseguró la funcionaria.
Lvova-Belova aclaró que se ubicaron 380 niños en instituciones sociales de 19 regiones rusas y “ninguno fue separado de sus padres”.
Resaltó que el país está listo para resolver todas las apelaciones sobre los hechos de separación de los niños de sus familiares, “pero no se ha recibido ni una sola solicitud oficial”.
Asimismo, reafirmó que para el presidente ruso, Vladimir Putin, “la prioridad es la familia de sangre” y rechazó las acusaciones de la Corte Penal Internacional (CPI).
El 17 de marzo la sala de instrucción del CPI, cuya jurisdicción Rusia no reconoce, emitió una orden de arresto al mandatario ruso, Vladimir Putin, y la comisionada para los derechos del niño, María Lvova-Belova.
Desde el Kremlin, el secretario de prensa del líder ruso, Dmitri Peskov, consideró como inaceptable y sin efecto legal el proceder de la orden.
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