La parte querellante representada por el abogado Pedro Cruz, de la Asociación Salvadoreña por los Derechos Humanos (Asdehu), y ante la demora que presenta el proceso, urgirá ante el Juzgado de la localidad de Dulce Nombre de María la rápida extradición de uno de los implicados en el crimen cometido por los militares el 17 de marzo de 1982.
Mario Adalberto Reyes Mena, comandante de la 4ta. Brigada de Infantería es acusado de la ejecución de los informadores miembros de un equipo de la televisión holandesa y que fue realizada por una patrulla del Batallón Atonal en 1982.
Familiares de las víctimas y organizaciones de derechos humanos señalan que el caso no debe ser engavetado y los autores eludir la justicia.
Vamos a presentar la solicitud formal indicando los pasos concretos que se deben seguir para que se lleve a cabo la extradición y para que el juzgado agilice el proceso, dijo el letrado salvadoreño durante un acto en homenaje a las víctimas el viernes último en el monumento a la Memoria y la Verdad, en el parque Cuscatlán, en esta capital.
El Juzgado de Primera Instancia ordenó el 14 de octubre de 2022 la detención de tres exmilitares retirados por estos asesinatos.
La detención de dos de los presuntos autores, el exministro de Defensa, general José Guillermo García y el coronel Francisco Morán, exdirector de la Policía de Hacienda, es un “avance sustancial” pero todavía falta mucho camino por recorrer, dijo Oscar Pérez, dirigente de la Fundación Comunicándonos.
Los acusados en la actualidad están bajo condición de arresto en un hospital del país, mientras sectores afines amenazan con acciones de respuesta por su detención.
El viernes, la embajadora de Países Bajos para Centroamérica, Christine Pirenne, manifestó que su país espera “que se haga justicia pronta y cumplida”.
Falta mucho camino por recorrer para terminar con la impunidad que rodea el asesinato de cuatro periodistas de Países Bajos en El Salvador hace 41 años, subrayó un comunicado de las organizaciones que denuncian el crimen, un sentimiento que durante años acompaña la causa ante el silencio cómplice de los que deben hacer justicia.
Koos Jacobus Andries Koster, Jan Cornelius Kuiper Joop, Hans Lodewijk ter Laag y Johannes Jan Willemsen esperan en su tumba que los asesinos sean condenados 41 años después.
ymr/lb