El mensaje llega al iniciar este miércoles la histórica Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, la primera en casi 50 años, que se desarrollará hasta el viernes en esta ciudad estadounidense en medio de una crisis hídrica mundial agravada por el cambio climático.
Por ello los debates se centrarán en los desafíos, las soluciones y acelerar la acción en torno al preciado líquido y el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: Garantizar el acceso al agua y saneamiento para todos.
Las estadísticas son alarmantes: dos mil millones de personas carecen de agua potable segura y tres mil 600 millones (casi la mitad de la población global) utilizan servicios de saneamiento que no tratan los desechos humanos.
Según los expertos millones de niños y familias no cuentan con servicios de agua, saneamiento e higiene, incluido jabón para lavarse las manos.
Las consecuencias a menudo pueden ser mortales: cada año, al menos 1,4 millones de personas, muchas de ellas niños, mueren por causas evitables relacionadas con el agua insalubre y el saneamiento deficiente.
Actualmente, por ejemplo, el cólera se propaga en países que no han tenido brotes en décadas.
La mitad de todos los establecimientos de salud, donde las prácticas de higiene adecuadas son especialmente críticas, carecen de agua y jabón o solución desinfectante para manos a base de alcohol.
Las consecuencias sociales y económicas de los servicios inadecuados de agua y saneamiento también son devastadoras, pues causan enfermedades y el desplazamiento de las poblaciones ante la escasez del vital líquido.
En contraste, los beneficios del acceso al agua potable y al saneamiento, tanto para las personas como para las sociedades, son inconmensurables, subrayan los especialistas.
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