Un estudio de ese centro de altos estudios, publicado por Nature Communications, advirtió que esa crisis afectaría a tres mil millones adicionales de personas por la escasez del preciado líquido que no solo depende de la cantidad sino también de su calidad.
Los expertos analizaron más de 10 mil subcuencas (unidades en que se dividen la cuencas fluviales) para una evaluación global de la falta de agua limpia en 2050 y el grado de contaminación.
En ese último aspecto la investigación se basó en la presencia de nitrógeno en los ríos, y descubrieron que esta aumenta drásticamente el número de sistemas de cuencas fluviales que pueden considerarse con escasez de agua, si se tiene en cuenta la calidad.
Por los altos niveles de contaminación se consideró que muchas subcuencas del sur de China, Europa Central, Norteamérica y África se podrían convertir en focos de escasez de agua.
Los autores aclararon que esas cavidades son una gran fuente de agua potable, pero también lugares de actividades urbanas y económicas a gran escala que pueden contaminar los suministros locales a través de las alcantarillas y la agricultura alrededor de los ríos.
El estudio alertó que esa crisis hídrica puede triplicarse dada la futura contaminación global por hidrógeno, por lo que se prevé que para 2050 unas tres mil 61 subcuencas con escasez de agua en cantidad y calidad, y la afectación correspondiente para unos tres millones adicionales de personas.
Sobre el tema plantearon la urgencia de abordar la calidad del agua en las futuras políticas de gestión de ese recurso con vistas al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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