De acuerdo con los organizadores de la movilización, cerca de 200 participantes sufrieron lesiones de menor o mayor gravedad, mientras la Procuradoría de Niort, capital del departamento de Deux-Sèvres, reportó un total de 35, 28 gendarmes y siete manifestantes.
La fuente oficial precisó que cinco de los heridos se encuentran hospitalizados en “urgencia absoluta”, dos uniformados y tres civiles.
Del lado ecologista denunciaron la “violencia y la brutalidad policial”, a partir del empleo de granadas de descerco, proyectiles LBD (neutralizadores no letales) y gases lacrimógenos.
Por su parte, las fuerzas del orden aseguraron que entre los participantes en la protesta, seis mil según las autoridades y 25 mil citadas por los promotores, al menos un millar fueron identificados desde el principio como individuos dispuestos a crear problemas y agredir a las autoridades con cócteles Molotov y objetos contundentes.
Las tensiones en Sainte-Soline por los embalses para el riego agrícola dejaron además cuatro vehículos policiales destruidos por las llamas, sin que se produjeran arrestos, dada la violencia extrema imperante, señaló la Procuradoría de Niort.
Algunos manifestantes reconocieron que personas ajenas a la causa ecologista infiltraron una protesta que consideraron legítima.
Los hechos de esta tarde complican aún más el panorama en Francia, donde los sindicatos y partidos opositores siguen movilizados contra la reforma de la jubilación adoptada por el Gobierno esta semana eludiendo el voto parlamentario.
En los últimos días el tema de la violencia ocupa portadas y titulares en la prensa, con acusaciones de uso excesivo de la fuerza por policías y gendarmes y de conductas inaceptables de algunos manifestantes, que causan incendios, destruyen propiedades y atacan a las autoridades.
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