Será un dispositivo sin precedentes, dijo a la prensa el alto funcionario, quien señaló que las autoridades prevén “riesgos importantes y problemas de orden público”.
La Intersindical, movimiento que aglutina a los principales gremios franceses, convocó a una nueva jornada nacional de protestas y huelgas para este martes, en rechazo a la reforma y a la negativa del Gobierno a dar marcha atrás en su proyecto, adoptado hace una semana sin voto parlamentario, lo cual atizó el malestar.
A propósito del tenso contexto imperante, agravado por enfrentamientos entre manifestantes y policías, Darmanin declaró que las fuerzas del orden han enfrentado en los últimos días acciones de una agresividad extrema.
Según el ministro, desde el 16 de marzo se registran 114 actos de vandalismo contra propiedades, 128 contra edificios públicos, dos mil 179 incendios voluntarios y 891 policías y gendarmes heridos.
Hacemos un llamado solemne a la calma, afirmó después de citar informaciones sobre la posible presencia mañana de mil elementos radicales, algunos procedentes del extranjero, acusados de participar el sábado en una protesta ecológica en Sainte-Soline, donde sufrieron heridas de gravedad manifestantes y gendarmes.
Darmanin denunció la existencia de individuos que pretenden desestabilizar a las instituciones y poner a Francia bajo “fuego y sangre”.
El Gobierno insiste en la violencia de manifestantes, pero opositores, sindicatos y organizaciones sociales le exigen que detenga el uso excesivo de la fuerza por agentes durante las marchas, conducta recogida en videos y audios.
De acuerdo con el órgano de control interno Inspección General de la Policía Nacional (IGPN), están en curso 17 investigaciones por sospecha de violencia de uniformados.
Por su parte, la comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, expresó la semana pasada en un comunicado preocupación por la fuerza excesiva empleada por autoridades francesas contra manifestantes y llamó al Gobierno a respetar el derecho a la protesta.
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