Con gritos de «Fuera, Lasso, fuera» residentes de esa localidad de la provincia Chimborazo mostraron su indignación con la presencia del mandatario, que llegó 24 horas después al lugar donde ocurrió el deslizamiento de tierra.
«Tenía que morir gente para que vengan, desgraciados» y «Ahora sí vienen, sinverguenza, ladrón», fueron otras de las críticas lanzadas al gobernante.
En declaraciones a la prensa, le preguntaron a Lasso por qué no evacuó la comunidad si desde meses antes había advertencias sobre el peligro, a lo cual respondió que ya se había pedido al alcalde el desalojo.
«¿Entonces es responsabilidad del alcalde?», le cuestionaron, y él contestó: «No es momento de encontrar responsabilidades individuales, eso se verá en su momento». Lo cierto es que quienes perdieron a sus familiares y amigos sepultados bajo la montaña que vino abajo en la noche del domingo culpan al gobernante de lo ocurrido.
La tragedia no tomó por sorpresa los que allí vivían. “Días atrás la tierra ya parecía gelatina”, cóntó a la prensa local Vicente Huampi, habitante del centro de Alausí.
La magnitud de la catástrofe todavía no se dimensiona en su totalidad, pues el deslizamiento afectó aproximadamente 25 hectáreas, pero el área declarada en alerta amarilla es de 275 hectáreas.
Hasta gases lacrimógenos hubo en la puerta de la sede municipal de Alausí, donde Lasso se reunió con autoridades mientras la ciudadanía, afuera, rechazaba la presencia del jefe del Ejecutivo, a pesar de anunciar medidas para recuperar la zona y brindar seguridad a los habitantes.
Su falta de empatía con la catástrofe se puso en evidencia cuando antes dijo que no podía llegar al sitio porque su aeronave no podía aterrizar y en carro demoraría cinco horas.
La tragedia en Alausí -que hasta ahora dejó siete muertos y más de 60 desaparecidos, pero probablemente esas cifras aumenten- junto con el pedido que juicio político en trámite en la Corte Constitucional, pudieran adelantar el fin del mandato de Lasso, estiman algunos.
Un estudio reciente de la encuestadora Perfiles de Opinión indica que el 85 por ciento de los ecuatorianos tiene una imagen negativa del presidente y apenas el 13 por ciento aprueba su gestión.
Lo de Alausí prueba, una vez más, que tenemos un Estado ausente, con un mandatario más ocupado en salvarse del juicio político que de los problemas urgentes e importantes de la mayoría, sentenció un editorial de la emisora Radio Pichincha publicado hoy.
El texto agrega que si ante un informe de su propia Secretaría de Riesgos no toma las medidas de prevención y de acción inmediata, se entiende por qué deja para “las calendas griegas” asuntos como la seguridad, la migración o la salud pública.
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