«Por el contrario, el potencial de inundaciones, crecidas repentinas y peligros en cascada aumentará a moderado o alto en ese quinto mes del año», precisó la entidad con sede en Barbados mediante un boletín que describe la salida al Pacífico de La Niña.
Esto hace difícil pronosticar condiciones climáticas inusuales en la transición del Caribe a la estación húmeda, abundó el Caricof, mientras refirió la preocupación por la sequía a largo plazo en alza en algunas partes de Cuba.
Los efectos de los frecuentes periodos de sequía en las islas de la región y Belice probablemente continuarán, con un pico en el potencial de incendios forestales y las intrusiones de polvo sahariano, advirtió.
La severa a corto plazo (o peor) se desarrolla en el sureste de Cuba, el este de la República Dominicana, Haití y Jamaica, y a largo plazo en Haití y San Vicente y las Granadinas, acotó.
Esta última podría continuar en Barbados, el norte de Belice, el este de Cuba, el sur de la República Dominicana, Granada y Trinidad y Tobago, remarcó el documento.
Es probable que las zonas que terminen en sequía prolongada a finales de mayo experimenten niveles de agua más bajos de lo habitual en grandes embalses, grandes ríos y aguas subterráneas, subrayó.
Al término de junio podría desarrollarse en el norte de Bahamas, Barbados, norte de Belice, Gran Caimán, este y oeste de Cuba, República Dominicana, Granada, este de Jamaica, oeste de Puerto Rico, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago, y las Islas Vírgenes de Estados Unidos, concluyó el Caricof.
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