Los senadores votaron 66-30 a favor de terminar oficialmente la disposición de 1991 para la Guerra del Golfo y la AUMF de 2002 que abrió la puerta al conflicto bélico en ese país en marzo del año siguiente.
Tras esta aprobación, las miradas están puestas ahora en la Cámara de Representantes, donde su presidente, Kevin McCarthy (California), y otros republicanos manifestaron su apoyo a la propuesta, o al menos su interés en debatirla.
En declaraciones previas a la votación final, el demócrata Tim Kaine dijo que el Congreso se «precipitó» en la guerra de Iraq, según reportó el diario The Hill.
La autorización de 2002 estuvo pendiente solo tres días antes de ser avalada por la Cámara Alta, en comparación con las dos semanas de debate que lleva ahora la iniciativa sobre el fin de las autorizaciones de guerra, puntualizó.
«En este órgano hemos dedicado muchísimo más tiempo a la cuestión de si poner fin a las guerras del que… se dedicó a la trascendental cuestión de si debíamos iniciar una guerra», subrayó el legislador.
Es una lección –acotó – que todos deberíamos asimilar y de la que deberíamos aprender.
Un conflicto que desató el gobierno del entonces presidente George W. Bush bajo el pretexto de que su homólogo iraquí Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva.
Esos depósitos de armas jamás aparecieron, pero el 20 de marzo de 2003 comenzaron a barrer no solo el gobierno que molestaba a Occidente sino también siglos de historia.
“Estas son etapas iniciales de lo que será una campaña amplia y concertada”, expresó W. Bush (2001-2009) cuando anunció que las fuerzas del Pentágono iniciaban la controvertida Operación Libertad Iraquí.
Como consecuencia de la guerra se estima que murieron cientos de miles iraquíes y casi cinco mil soldados estadounidenses.
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